cocaína
lsd
pastillas
mdma
setas
ktamina
ghb
...
La libertad del individúo se basa, si lugar a dudas, en poder elegir.
En elegir el que hacemos, cómo lo hacemos, dónde lo hacemos, porqué lo hacemos, de qué manera, en qué sentido, dónde está la meta de la experiencia, cualquiera que sea.
Con la penalización de las drogas se inhibe la libertad del individúo a experimentar, a tener consciencia y a hacerse responsable de él mismo.
Cada vez más, nuestros estados tienden a reprimir nuestros husos y libertades a cambio de una cantinela demasiado conocida: nuestra seguridad.
Es inversemblante que tóxicos legales se salden más muertes que la marihuana, por ejemplo. Es inversemblante que se de la espalda a un factor que está aquí, conviviendo con nosotros casi toda la existencia.
Alguien debería explicarles a esa gente que nosotros, al tener cerebro, tenemos el extraordinario don de razonar y así dirimir donde está el uso y el abuso, qué no se ha de hacer y lo que si. Mas que a nuestro pesar haya pobres diablos que se enganchen. Nuestro gobierno debería abogar por su seguridad controlando pureza, cantidad, indicando dosis recomendadas, tener organismos dependientes de análisis y controles de venta.
Algo de sucio hay en esto; las vastas cantidades de dinero negro que mueve, y a veces, la bazofia con la que cortan las drogas.
En elegir el que hacemos, cómo lo hacemos, dónde lo hacemos, porqué lo hacemos, de qué manera, en qué sentido, dónde está la meta de la experiencia, cualquiera que sea.
Con la penalización de las drogas se inhibe la libertad del individúo a experimentar, a tener consciencia y a hacerse responsable de él mismo.
Cada vez más, nuestros estados tienden a reprimir nuestros husos y libertades a cambio de una cantinela demasiado conocida: nuestra seguridad.
Es inversemblante que tóxicos legales se salden más muertes que la marihuana, por ejemplo. Es inversemblante que se de la espalda a un factor que está aquí, conviviendo con nosotros casi toda la existencia.
Alguien debería explicarles a esa gente que nosotros, al tener cerebro, tenemos el extraordinario don de razonar y así dirimir donde está el uso y el abuso, qué no se ha de hacer y lo que si. Mas que a nuestro pesar haya pobres diablos que se enganchen. Nuestro gobierno debería abogar por su seguridad controlando pureza, cantidad, indicando dosis recomendadas, tener organismos dependientes de análisis y controles de venta.
Algo de sucio hay en esto; las vastas cantidades de dinero negro que mueve, y a veces, la bazofia con la que cortan las drogas.
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