martes, 24 de noviembre de 2009

Tres intentos de poesia


Sin saber muy bien porqué

Sin saber muy bien porqué,
me atraganto con el oxigeno enrarecido,
defenestro los sentimientos,
sin saber donde tengo la cabeza

las palabras no salen
-simplemente todo me hace daño-
sentado en el banco del parque
doy de comer a las palomas

pita, pita, pita,
vienen a mis manos
y de mi boca sacan migas
no me importan las enfermedades

mi corazón no aguantara
para verlas crecer
porque explotará de tristeza
sin saber muy bien porqué.

Estoy Perdido
Los mares de oro ya no me hacen flotar.
Me desorganizo corriente abajo por el agua fría
Cada día parece el mismo día. Podrido.
Hablo con los peces de colores del fondo.

No puedo sufrir la rutina. Me mata poco a poco, sin piedad.

Cada minuto que pasa es un navajazo más.

Sin prisa.
Sin piedad.

Te perdiste cuando volaba por el cielo amarillo.
No dijiste nada. Sólo que no flotabas.
De tus manos nacieron pájaros muertos.
Pájaros que cantaban al obituario accesible.

Pasan las noches en mi cama.
Se instalan y no me dejan dormir bien.
Quieren agobiarme y rematarme.

La hoja de afeitar se clava bien.
En mi hombro.

Se que no te encontrare cuando despierte.
Porque ya te he perdido. Ya me he perdido.
El inicio y el final de todo,
la tecla FN de la calculadora.

Tus caricias de final de verano.

Cosas que flotaban en mi yate por los océanos de oro líquido.
Víctimas de los caprichos de Neptuno.
Mal aconsejado por la rutina odiosa.


Cosas que hacer por la tarde
Daré de comer a los gatos,
y después fabricaré bombas caseras
de solidaridad colectiva,
que haré explotar contra los cajeros
dispensadores de maneras antisociales.

No hay día que no vea uno estirado en el suelo.
Con cajas de cartón cubriendo su orgullo.
Y a su lado, alguien saca dinero manchado de mierda.

Pasan por sus máquinas corruptas.
La gente no llega a final de mes.

En la pantalla del televisor se anuncian créditos.
Sólo piden escrituras y coches nuevos
que hemos comprado con más avales y microcréditos.
Cae dinero del cielo que pagarás con dolor.

Y dicen que hacen obra social.
Esto lo pagaran caro.
Las bombas los harán humildes.



domingo, 22 de noviembre de 2009

La mare que...

Avui s'ha mort la mare, la mare de tots els desgraciats. La mare que els va parir a tots, un bon dia qualsevol, tot fent estrènyer les seves cuixes i deixant entreveure el seus cap de nounat -desgraciat- eixint pel seu cony pelut. Sempre, és clar, que hi neixessin de cap i no ho fessin de cul. S'ha mort deixant una generació X al seu darrere, estigmatitzada per les mamachicho al complet, que rebia amb els braços oberts una nova fornada de porno gonzo amb mamades fins al vòmit. No ho ha pogut aguantar pas. Jo tampoc hauria aguantat.

Diuen que quan Déu tanca una porta, obre una finestra. En aquest cas la finestra està tapiada, i a fora esperen els policies per donar'ls-hi guantades als que queden dins. D'això en diuen okupes. Però no em feu gaire cas. És que la mare me l'estimava molt, jo. Tants anys amb ella, la veritat, li havia agafat carinyo. Doncs, estic molt trasbalsat, perquè, entre d'altres, ja no serà el mateix quan em cagui en ella. Sonarà a buit, com un “hola” entre exnovios que es retroben al carrer, com un homeless amb un rellotge Dolce i Gabanna, com una televisió sense programes de merda. Res no serà igual.

Ningú no s'ha fet ressò, tal cop per que una mort menys o més, parafrasejant l'Albert Pla, és només això, una mare menys. I quantes mares no moren a diari, en donar a llum, o envellides a la residència per ancians, o a la carretera al moment menys esperat, o a mans de la seva parella esquizoide? Milions, oi? En tot cas, massa. Podeu revisar els obituaris dels principals diaris, i veureu, que, malgrat els bilions de mencions honorifiques, no hi ha cap nota, cap avís envers el seu decés.

Així que els desgraciats segueixen anant d'aquí a allà, sense parar compte de que ja no tenen mare. Engegant a rodar els plans quan t'aixequen la nòvia, dient-te coses per un cantó i per l'altre posant-te a parir. O potser només es fan vigilants de seguretat. En tot cas, viuen massa atrafegats amb el seu delit de fotre-li la vida enlaire a algun altre desgraciat com per adonar-se'n. Ni una trista rosa a la làpida, ni unes paraules boniques gravades com epitafi a la llosa, cap senyal d'amor post-mortem. No res. El sant camp on descansa ara ella és un àrid desert d'intencions i records.

Tan sols gent com nosaltres ens recordem d'ella; la mare de tots ells. La mare que sempre rep els nostres xàfecs de merda quan un bon dia ens la fan -per que no ho dubteu, un desgraciat sempre està a l'aguait, esperant el moment idoni per fer-nos-la-, i diem, ben clar i amb veu de tró: EM CAGO EN LA MARE QUE ET VA PARIR, DESGRACIAT!

lunes, 8 de junio de 2009

Gol`pes Bajos

No vuelvas la vista atrás,
no hay más escapatorias:
las puertas se nos cerraron.
y no cabe una retirada ahora.

Deberemos afrontar como es,
así és asá, de esta forma resultó,
sin vuelta de hoja,
ni demostración de prueba.

Parece que duele ahí dentro.
pero es dentro de tu cerebro,
que se cree moratones de cera
y ojos morados de vino y coñac.

Golpes bajos en las rodillas,
con palos de criquet,
al pasar delante del monstruo,
no hay que bajar la guardia.

Corremos por los pasillos,
parece que lo hemos perdido,
casi no se escuchan sus pisadas
en las baldosas desmontadas.

De la manera más bella posible
en el día del último atardecer
hasta que las cenizas valgan oro
y el oro valga menos que nada.

martes, 31 de marzo de 2009

Alas de plástico

Sobre las manos, tocando el frío metal, las venas azuladas divergían hacía las falanges, haciendo llegar la sangre hasta las yemas de los dedos, posibilitando asi que Manuel moviera sus manos al sentir el calor helado. La barrera entre lo posible y lo imposible, de saltar o no saltar en marcha, parecía que se encontraba en ese puesto, entre la ciudad que se extiende a sus pies. Debajo suyo, el pavimento rojizo aún parecía firme al tacto. La gabardina beige le ceñía la cintura, que parecia desbordarse, pues ultimamente su dieta se basaba en la bollería industrial del supermercado de la esquina. Bollicaos, panteras rosas, rosquillas glaseadas, mantequilla con sal, sin sal, de sabores, bocadillos de tortilla transgénica, patatas fritas freídas en aceite de couza. Grasas, lípidos saturados, acumulandose dentro de él, el cinturón apretaba. Era la crisis. Comía rápido antes de entrar al trabajo, sin ganas. Un cubículo detrás de otro, millones de cubículos rellenos de especimenes sin personalidad, sin color. Grises al tacto, asperos a la vista. Entraban en manadas a las oficinas, completaban los asientos del metro y autobús, pasadas las ocho de la mañana.

Sube. Baja. Entre las nueve y las diez, alguién gritó demasiado. Los agudos ganaron a los graves y la actividad frenética se responsablizó de no forzar demasiado al capital humano, que se hundía entre los intentos de la sociedad de pararlo todo. Pero la cinética social escapaba a sus deseos, y todo se adentraba en la espiral de raciocinio acelerado, donde hombres y mujeres aceptaban el reto de vivir un rato más en el mundo con el que habian comulgado hasta entonces. Un hombre era víctima de un atraco. En la mano del ladrón, una navaja afilada. En sus caras, miedo e incomprensión. La cartera, el reloj. Corrió con el botín avenida abajo, perdiendose entre las cabezas de la gente desconecedora del hecho delicitivo. Las nubes dejaron que los rayos del sol se introdujeran en las azoteas, la ropa se secaba frescamente en los tendederos, las plantas alzaban sus hojas rezando por unos momentos de paz lúminica; los niños, ajenos a todo, jugaban pateando un balón, con el cometido de meterlo entre dos piedras que simulaban una portería. El timbre del recreó sonó. Iban los niños a aprender a ser mayores responsables.

El sol lo tocó, desde tan arriba que salpicó la gabardina de calor. Se la desabrochó y la barriga tuvo un espacio más donde sentirse a gusto almacenando combustible. Encima, una camisa a cuadros seguía haciendo de tope al calor del sol, que caldeó la barra de metal. Seguia allí parado, esperando que el sol lo tocará como a Ícaro; volar con alas de cera y dejarse caer encima de la Sagrada Familía. El viento de enero movía los flequos de la gabardina cuando el móvil vibró dentro de ella. Se echo mano al bolsillo, pero el móvil no estaba encendido. Su pierna vibraba al son de la canción que se escuchaba a lo lejos, cantada por unas girl scouts que vendían galletas con chocolate. Era la señal que esperaba. Se deshizó de la gabardina, se puso unas alas de plastico deshechable de color verde y azul, ajustandolas en los hombros con correas de nylon. Justo detrás llevaba un pequeño motor de inyección. Cubrió su cabeza con un gorro orejero negro. Y saltó, desde la barrera. Allí abajo no había suelo.

Planeó y planeó, y cuando las corrientes le forzarón a encender el motor, este fue pintando colores de tierra y arcilla entre el firmamento. Haciendo piruetas en espiral, bajando y subiendo encima de las cabezas y las casas poco cuidadas del casco viejo. Allí arriba su barriga no importaba. No importaban sus manos poco cuidadas, como no importaba realmente nada. No tenia hora, no tenia tiempo. Tenia aire entre sus manos, tenia el sol de su lado, y sus alas de plástico no se fundirian al calor del sol. Y así, vió el mar. Estendido, llamandole con sus destellos dorados de la superfície azulada que cada vez tenía más cerca. Paso a ras del puerto deportivo, y siguió volando, sin saber cuanto aguantaría el pequeño motor. Sólo importaba el momento, el dolce far niente marinado, con el olor a salitre y las gaviotes en formación siguiéndole, como una ballena que va a varar a la costa. La ciudad seguía muriendo a cuentagotas, y él revivía de entre los muertos vivientes.

viernes, 6 de marzo de 2009

En comisaría

sale el humo de su boca,
se aupa diligente al piso superior.
sus palabras son entrecortadas,
su pulso es inconstante.

"hoy he matado a un gnomo",

tiene las manos sucias
de sangre seca y
restos de casqueria.

Le pregunté cómo lo hizó:
"lo apresé por el gorro,
que llevaba sujeto al cuello,
después lo corte en dos,"
ha venido por cuenta propia.
no soportaba más
el peso en su conciencia.

soltando lastre criminal se aligera.
el detective jefe entra al trapo.
le interroga, zarandeándalo.

"un ser tan pequeño,
¿porqué lo has hecho?,
¿qué podía hacer él contra ti?"
"Quería saber como era por dentro.
solo tuve curiosidad."
"y que había?"
"cinco cebollinos y un anca de rana."
"yo esperaba que hubiera ensalada.
en cualquier caso usted ha matado,
y debe ser castigado por ello."

lo condujó a la celda,
contigua a mi despacho.

cinco días más tarde, el asesino
seguía con las manos en cruz,
arrodillado, con un libro en cada mano;
por lo menos le quedarían quince más,
y después le darían el tercer grado.

toMarta

martes, 24 de febrero de 2009

Parafina

Como las manos se aletargan,
encontrandose en la barriga,
con los dedos cruzados encima del ombligo.
No hay nada que hacer, nada de nada,

sin efectos al fín, sólo falta todo.
Sentados en el sofá,
nos miramos un poco más y nada,
me pasas el porro y lo doy unas caladas,

un poco más de fantástica evasión;
el mundo real es una cortina de humo
para nuestro surrealismo desconcertante.
Porque es el momento oblongo.

Es el rato tranquilo y farragoso,
que se ha colado por la ventana esta tarde.
Nos quiere inertes esta noche.
Para que decir cualquier cosa,

si esta nada nos envuelve delicadamente,
en suave parafina asfixiante:
dejaremos volar a nuestros sueños,
que alcancen la cordura de lo real.

martes, 27 de enero de 2009

Transcripción de la entrevista a Albert Serra, director de la película ganadora de tres premios Gaudí

Albert Serra (y los derechos de autor)

Estoy en contra de todo eso, soy mas de la SGAE que la SGAE, para mi Teddy Bautista es de izquierdas. Quiero decir, oh yo, ¿perdona, que hemos de hacer nosotros aquí? ¿Cobrar no? ¿quieres música? ¡coño fabricatela! ¡Te casas? ¡Fabricate la musica, cojones, no te gusta tanto la música? Pues fabricatela, tocala y escucha tu propia música, si fuese la de los otros, pagala...no? ¿O no? ¡Hombre, no pagas por este poliespan, has pagado por este cártel, por este “d'aixòncis” (esto otro), y por esta lampara -¿y la electricidad es gratis?-, y la cámara, la cinta, y lo otro, los pantalones, este cable, el mistol... ¡Todo esto se paga! ¿No? ¿Te lo ha regalado alguién? No. ¿Verdad que no? ¿Todo es de pago, verdad? ¿Y porqué la música tiene que ser gratis? No lo sé, explicádme, explicádme porqué tiene que ser gratis; ¿un bar que pone música gratis? ¡Cojones, que paguen! Y películas gratis, ¿qué es esto? Esto ya es una casa de putas, ¿no? Yo... ostía, a me tendrían que poner de presidente de la SGAE, ¡ya verías tú si se acabaría rápido esto! Como decía allí, como dice allí, que es un loco de mi pueblo, que dice que había... Si es un problema de la joventud, que hace mucha mierda allí en una plaza de Banyoles, no sé qué (sic), eso dice, un par de tricornios y carta blanca... Sabes, que es uno así muy de derechas, como queriendo decir, un par de guardías cíviles, carta blanca, cómo queriendo decir, que pudiesen hacer... ¡Pues yo presidente de la SGAE, carta blanca! ¡Ya verías si se acabaría rápido esto de eso (“això de d'assoncis”)! ¡O a la cárcel, directo! ¡Y tanto! >>> interlocutor lo mira extrañado <<<< ¿Ah, no? Así que tú te vas al super y coges el mistol gratis, ¿ o qué? Ah, no lo sé, bueno (sic), porqué haces esta cara... como queriendo decir... Por supuesto, tendrías que decir; ¡cojones, es que es inapelable este argumento! O te haces tú tu musica i las peliculas, y miras las tuyas propías; o si miras las de los otros, serà pagando. ¿O no?

Creative Commons


Quien quiera, que se apunte, pero lo que no queremos que nos paguen, ¡y ya está! Que todo el mundo elija lo que quiera... Si quieres regalar, ¡regálalo! ¿Sabes lo que quiero decir?

Hostía, pero es que nunca se ha hecho un debate así, a mi me gustaria que me llevaran un día a la tele a hacer un debate con algunos de estos que dicen eso, a que me lo explique a ver cual es el argumento. No lo he entendido nunca, no lo he entendido nunca... ¡Oh, si, claro! Gratis, gratis, gratis....

Oh! ¡A tomar por culo! Sólo un imbecil “que” (sic) “esto se tiene” (sic) que ser gratis...



Como podeís ver se me han adelantado ya que han puesto en el video los subtitulos, aunque la transcripción que hago no tiene desperdicio, con los daixoncis y todo...
que opinaís, señores lectores, el director del CANT DELS OCELLS lo dice en serío o solamente es por llamar la atención con el tema...?

sábado, 24 de enero de 2009

me olvido

No sería capaz de no quererte,
pero cuánto más tiempo pasa,
comienzo a olvidar:

tu risa desinhibida,
tus caderas que sobresalen,
los metales en la cara,
la manera de dormir,
tu aroma entre las sábanas.

Me olvido y me desperteneces
en mi imaginario del presente,
te deslizas por los toboganes

de mi cerebro hasta el pasado.
Sucumbe el recuerdo al atrás,
enterrado entre cartas de póker,
otros días nos vendrán a ver,
de hojas marrones por el paseo.

Es difícil recordar cada paso
en la geografia de tu cuerpo,
y así me voy olvidando,

de ti y de nuestro querer.

jueves, 8 de enero de 2009

conociendo al articulista

el día amanece, me sorprende tecleando.

bebo cerveza y me fumo un porro.
alguien me dijo que escribía como
bukowski. era un tipo de un diario

trabajando en el restaurante,
lo conocía de meses, y un día
le dije si le apetecía que le diera
unos pocos relatos cortos para leer.

era así como importante, alta alcurnía.
escribia en las páginas naranjas,
sobre cosas bánales y casi nímias.

yo pensaba que jamás se lo leería.
pero semanas después, comiendo pollo
en la barra, me dijó que le habían gustado.

también me dijo:
"pásate por el ateneu a las clases
de escritura". he de decir que se
me pasó por la cabeza ir allí.
pero no fuí nunca.

bukowski, chinaski, henry.
la gran cosa palpitante y purpurea.
un bufón de los que se ríen del mundo.

supongo que eso ahora no importa mucho.
le servía copas de vino y algún montadito.
detrás de la barra me sentía psiquiatra.

dejé el trabajo, busqué otro más.
-la rutina es mortal para con nosotros.-
y nunca más volví a ver a ese tipo.
imagino que le irá bien.

se quejaba de que los toros se prohibieran.
me gustaría verlo con banderillas clavadas
en la monumental de barcelona.
aunque en realidad no era un mal tipo.

Cuatro Impulsos


Tus manos, no me tocan,
me hieren la piel fina.
Son garras de acero,
punzante democracia
de metal hiriente, alla van.


Me degradan.
Aspiran.
Y después lo sueltan.

Se entrometen en mis venas,
El odio dispara vino,
resulta ser rancio,
venenoso y agrío;
cada golpe, una brecha más.

Puntos de sutura.
Insoportables,
al tacto de tus intenciones.