sábado, 16 de enero de 2010

Tres intentos de poesia (II)

Caer en Gracia

Caeremos por inspiración,
veremos un socavón en el suelo
y nos dejaremos hacer.

Curiosos por los estratos,
sabremos que el pie se meterá
hasta el bello fondo del agujero.
Mas el otro pie querrá seguir
hacia adelante, no lo encontrará.

No hay adelante,
sólo un fosco agujero,
donde la pierna se nos quedó varada.

Porqué tal vez ni lo habías visto,
tan sólo ibas mirando el cielo azul,
los árboles tan bien hechos y las hojas
tan verdes que dan envidia;
ir pensando en los anuncios
por palabras del periódico y en como
suena la meĺodia del móvil
de tu suegra que tan bien te cae.

Entonces, caeremos por gravedad,
tal vez con la cara tocaremos el suelo.
Nos daremos cuenta de la proximidad
del pavimento; de los chicles pegados,
de las cagarrutas de perro sin recoger.

De todo eso que compone nuestra tierra.

Puede ser que nunca la toquemos con los pies,
pero con la cabeza seguro que lo haremos.



Egocentrismo

el bien común gana al individual,
es así como entiendo el mundo,
pero ya es hora de hacer un cambio
radical y exasperante

sólo yo y nada más que yo,
dejaré estúpidas ideologías
para unirme al egocentrismo,
tan en boga actualmente

a la hora de poner la mesa
únicamente pondré mi plato
solamente cocinaré para mi
que aprendan, los otros!

me escandalizaré de las ONGs
me haré un país a mi medida
dónde sólo viviré yo
sin impuestos ni gente como tú

habrá mil playas libres
dónde un millar de sillas, vacías,
esperaran que me siente
antes de que se oxiden

no tendré televisores ni móviles
corrompen el espíritu
y no tendría tanto tiempo
para ver los canales de teletienda

de hembras tampoco tendré
no quiero nada que mate el clímax
del silencio absoluto,
la meditación a tiempo completo

esto haré cuando atraque un banco
con una media en la cabeza
una bolsa de dinero y una mágnum
será la última vez entre tú y yo



soy un cabrón


soy un cabrón dulce y apasionado
soy un cabrón intelectual
sin gafas de pasta

sin clase ni estilo
(me los he dejado en casa, dispensadme)
sin cartera ni grito de revolución

soy el cabrón que se ríe de la desgracia ajena
y de los accidentes de F1 y de los idiotas
que suspiran cuando ven una chica ligera

soy el cabrón que esta ciudad se merece
el mejor de todos

con los cuernos más grandes
con las patas de cabrón más robustas

pena que haya miles como yo
sí no, sería único

No hay comentarios.: