Desde los verdes prados veo el vertedero que se arroja al vacío,
hace chof! -ja l'has vist prou!,
que se dice en estas tierras de goma y luces naranjas-
y es que en estas latitudes el calor se apelmaza en mi cabeza
y es difícil, harto difícil demostrar la frialdad
con la cual te escribo.
Te escribo. No tengas miedo. Nadie piensa en tí.
Sólo yo, y por compromiso.
Quién sabe si en miles de años se acordarán de mi,
de ti y de los que nunca se acordaron,
que acordaron por muto acuerdo
corrernos a hostias.
Los verdes prados se desvanecieron,
por consecuentes, sólo quedó la cuadricula gris y cementada
que nos vuelve simples máquinas.
Máquinas, simple y llanamente.
Dudo que esto tenga sentido, mas, a quién le importa?
A mi no, en absoluto.
Si te importase, las noches se aislarían
en zulos de castigo y los días pedirian perdón por existir.
Aún todo es posible.
sábado, 9 de junio de 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario