Soy cómo tu.
Así, un poco más alto,
un poco menos gordo,
un poco igual a ti.
Rectifico. Y ya no soy.
Dejando de existir
me cito con otros no vivos
en el dia de difuntos.
Repongo cien esquelas
de diarios atrasados.
Todos se llaman Mártinez.
Por siempre catorce y
por siempre, verdes.
Casi a diario se asoman.
Días escurridizos entre
el calendario de papel.
Después mueren en áñil.
Óbitos entre noticias.
Falsas y ciertas nuevas
que se atrasan y envejecen.
También fallecen.
El pasado, la memoria.
Nada nuevo nos atoza.
Todo existió hace tiempo, como
en un déja-vu universal.
Sólo el pasado.
Y prefiero sentir tu aliento.
No supone esfuerzo alguno.
Sólo el placer en mi pecho.
Comienzo a nacer.
martes, 2 de diciembre de 2008
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3 comentarios:
Y al despertarme, te odio
me voy a mi caparazón
odiame si quieres
porque no tengo caparazón
tan solo al despertarme
Si quiero, te odio
da igual que tengas o no.
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